1. La teoría dominante se encuentra en crisis
En la actualidad, después de años de atrofia, está haciéndose oír un nuevo espíritu, y a la ciencia económica le toca mostrar una respuesta a la altura. La crisis global que está teniendo lugar marca un punto de inflexión de capital importancia. Como han señalado ya gran número de personas, en la crisis actual están cayendo las teorías económicas dominantes y el fundamentalismo de laissez-faire (dejar hacer) que extraía su legitimidad y vitalidad de ellas; teorías que no habían comprendido la fragilidad del sistema de acumulación sin control. Estas teorías desempeñaron su función en la construcción del sistema, promoviendo la transición a una economía dominada por las finanzas, a la liberación de los mercados financieros, a la reducción de la defensa y el control de la mano de obra, con un drástico empeoramiento en la distribución de los ingresos y el agravamiento de los problemas de la demanda. Así, también desempeñaron su parte en la venida del estado de crisis y ahora es necesario restaurar la economía a los cimientos éticos que subyacían el pensamiento de los economistas clásicos.
2. Necesidad urgente de una nueva serie de debates en el debate económico
Es necesario volver a abrir de forma urgente el debate sobre los cimientos de los diversos enfoques teóricos en el campo de la economía. Es hora de abandonar la idea de que existe únicamente una verdad sin alternativa alguna en las ciencias económicas, independientemente de su conveniencia como justificación para los economistas y los comentaristas económicos mayoritarios. Realmente es hora de dejar algo de espacio a las teorías alternativas (keynesianas, clásicas, institucionalistas, evolucionistas e históricas), con la amplia diversidad de sus variantes, tanto en la enseñanza como en la investigación.
Lea completo "Contra la dictadura de la teoría dominante y por una nueva ética: Manifiesto por la libertad del pensamiento económico" por el Fondo Sylos Labini publicado en su sitio web y en Rebelión. Traducción de Mar Rodríguez.