La economía mexicana no está aislada de los efectos de la crisis, la reconfiguración que ha habido de su estructura productiva, financiera y fiscal, de sus relaciones de comercio con el exterior, de los flujos de financiamiento y de las condiciones del mercado laboral son los mecanismos de transmisión que llevarán a un ajuste cuyas dimensiones no son hoy previsibles.
Lea la opinión de León Bendesky publicada hoy en la Jornada aquí
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