(...) Se nos ha dicho, que a través de más mercado y con la disminución de la participación del Estado, la economía tendrá mayor crecimiento de la productividad, y mayor crecimiento económico. Sin embargo, la asignación de recursos propiciada por el mercado no ha actuado a favor de la esfera productiva y del empleo, sino del sector financiero por ofrecer éste mejores condiciones de rentabilidad, por lo que el crecimiento configurado ha sido menor al que se generó cuando el Estado tenía mayor participación en la actividad económica. Así de 1960 a 1981 la economía tuvo un crecimiento de 6.8% promedio anual, a diferencia del crecimiento de 2.3% promedio anual manifestado de 1982 al 2004. Cabe señalar que ningún país se ha desarrollado solo con libre mercado.
(...) En el contexto de liberalización económica, el Estado no puede instrumentar políticas anti-cíclicas a favor del crecimiento, ante el temor de que ello resulte inflacionario y desestabilice el tipo de cambio y afecte al capital financiero internacional.
(...) Al estar el mercado reemplazando al Estado de los sectores estratégicos, y en infraestructura, los re-funcionaliza en torno al comportamiento de la ganancia, terminando ello con la política de subsidios y de economías públicas que se realizaban a favor del sector productivo nacional.
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