La crisis a la que asistimos hoy hace temblar los fundamentos mismos del capitalismo neoliberal. Se desarrolla a una velocidad acelerada y nadie es capaz de decir adónde lleva. Este artículo no tiene por función seguir paso a paso su desarrollo pues correría el riesgo de ser superado en el momento de su publicación. Querría más bien proponer algunas claves de su interpretación y mostrar cuáles son sus repercusiones sociales.
La complejidad de la crisis financiera da un poco de vértigo, pero es posible, sin embargo, despejar sus principales mecanismos. El punto de partida es la existencia de una masa considerable de capitales "libres" a la búsqueda de una rentabilidad máxima. Periódicamente, estos capitales descubren un nuevo filón y desencadenan un entusiasmo que se alimenta de las "profecías autorrealizadoras": volcándose sobre lo que parece más rentable, se hace subir su coste y se confirma así el optimismo de partida. Puesto que el negocio funciona, las advertencias de quienes explican que la Bolsa o el mercado hipotecario no pueden subir hasta el infinito son ridiculizadas.
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