miércoles, 28 de enero de 2009

Ser como ellos

Los sueños y las pesadillas están hechos de los mismos materiales, pero esta pesadilla dice ser nuestro único sueño permitido: un modelo de desarollo que desprecia la vida y adora las cosas.

Promesa de los políticos, razón de los tecnócratas, fantasía de los desamparados: el Tercer Mundo se convertirá en Primer Mundo, y será rico y culto y feliz, si se porta bien y si hace lo que le mandan sin chistar ni poner peros. Un destino de prosperidad recompensará la buena conducta de los muertos de hambre, en el capítulo final de la telenovela de la Historia. Podemos ser como ellos, anuncia el gigantesco letrero luminoso encendido en el camino del desarrollo de los subdesarrollados y la modernización de los atrasados.

(...) En un hormiguero bien organizado, las hormigas reinas son pocas y las hormigas obreras, muchísimas. Las reinas nacen con alas y pueden hacer el amor. Las obreras, que no vuelan ni aman, trabajan para las reinas. Las hormigas policías vigilan a las obreras y también vigilan a las reinas.

(...) La sociedad de consumo, que consume gente, obliga a la gente a consumir, mientras la televisión imparte cursos de violencia a letrados y analfabetos. Los que nada tienen pueden vivir muy lejos de los que tienen todo, pero cada día los espían por la pantalla chica. La televisión exhibe el obsceno derroche de la fiesta del consumo y a la vez enseña el arte de abrirse paso a tiros.

(...) El Oeste vive la euforia del triunfo. Tras el derrumbamiento del Este, la coartada está servida: en el Este, era peor. ¿Era peor? Más bien, pienso, habría que preguntarse si era esencialmente diferente. Al Oeste: el sacrificio de la justicia, en nombre de la libertad, en los altares de la diosa Productividad. Al Este: el sacrificio de la libertad, en nombre de la justicia, en los altares de la diosa Productividad.
Al Sur, estamos todavía a tiempo de preguntarnos si esa diosa merece nuestras vidas.

Lea todo el escrito Ser como ellos por Eduardo Galeano publicado en 1991 pero que hoy en día continúa poseyendo una vigencia palpable

miércoles, 21 de enero de 2009

The New Consensus on Monetary Policy and its Post-Keynesian Critique

A New Consensus (or New Neoclassical Synthesis) has arisen among neoclassicaleconomists, which has been defined by a number of New Keynesian economists and already presented in heuristic form. This new view seeks to redefine the application of monetary policy by respecifying the most appropriate monetaryrule. In other respects it represents a return to Milton Friedman’s analysis of the expectations augmented Phillips curve.

This paper seeks to look at the underlying framework of the New Consensus models, providing a Post-Keynesian critique. In the light of this critique, the model is reformulated, with its basic structure intact, but with alternative post-Keynesian specifications of the Phillips curve being considered.

Descargue todo el artículo de Marc Lavoie y Peter Kriesler desde esta página

lunes, 19 de enero de 2009

Similitudes and Discrepancies in Post-Keynesian and Marxist Theories of Investment: A Theoretical and Empirical Investigation

There has been a substantial amount of convergence between post-Keynesian and Marxist economics, the writings of Kalecki being common ground for both traditions. Still, some differences remain. While authors in both traditions seem to agree to a large extent on short period issues, long-period matters relating to the role of saving, the rate of profit, inflation, crowding out, excess money supply, are still contentious. All this seems to depend on the exact form taken by the investment function, more specifically the role of capacity utilization. Four different equations are set up to be tested, two of which correspond to two variants of the Marxist view, while the other two equations correspond to a naive and a sophisticated Kaleckian view, the latter being based on hysteresis. The equations are tested on three sets of annual Canadian data.

(...) With the fall of the Berlin Wall and the strengthening of the neoclassical stronghold upon academic institutions, it is possible to observe some convergence among the various heterodox branches of economics. One particular source of convergence has been the rediscovery of the works of Michal Kalecki, who was trained as a Marxist economist, but whose influence has become quite large among the successors of the so-called Cambridge economists. Kalecki’s importance has been underlined by the godmother of post-Keynesianism, Joan Robinson, and rightly so it seems now.

The importance of Kalecki, beyond his economic and technical insights, lies in the fact that economists from both the Marxist branch and the post-Keynesian branch now make use of his insights and share common models that have been inspired by his work.

Lea todo el artículo completo de Marc Lavoie, Gabriel Rodríguez y Mario Seccareccia publicado en la revista International Review of Applied Economics dando clic aquí para bajar el archivo

jueves, 15 de enero de 2009

La teoría del valor como filosofía y economía

(...) La filosofía de Marx es su Economía; no es ni el materialismo dialéctico ni el materialismo histórico, que no son ni filosofía ni ciencia, sino su teoría laboral del valor.

(...) Marx comenzó a crear el sistema conceptual apropiado para dar cuenta del funcionamiento de la sociedad capitalista.

(...) El objeto de análisis científico de Marx fue la sociedad capitalista (o moderna o burguesa), cuya estructura o ley quería descubrir con la misma exactitud matemática o física que pretendieron Platón (y aun más, Eudoxo) o Galileo o Newton.

(...) La teoría del valor de Marx pretende dar cuenta de la dinámica del capitalismo, la forma social donde las cosas realmente existentes se han convertido universalmente en mercancías. Para comprender esa dinámica, son de especial importancia el análisis de la explotación del trabajo y el de la competencia de los capitales.

Lea todo el artículo de Diego Guerrero aquí

domingo, 11 de enero de 2009

El capitalismo tóxico

La crisis a la que asistimos hoy hace temblar los fundamentos mismos del capitalismo neoliberal. Se desarrolla a una velocidad acelerada y nadie es capaz de decir adónde lleva. Este artículo no tiene por función seguir paso a paso su desarrollo pues correría el riesgo de ser superado en el momento de su publicación. Querría más bien proponer algunas claves de su interpretación y mostrar cuáles son sus repercusiones sociales.

La complejidad de la crisis financiera da un poco de vértigo, pero es posible, sin embargo, despejar sus principales mecanismos. El punto de partida es la existencia de una masa considerable de capitales "libres" a la búsqueda de una rentabilidad máxima. Periódicamente, estos capitales descubren un nuevo filón y desencadenan un entusiasmo que se alimenta de las "profecías autorrealizadoras": volcándose sobre lo que parece más rentable, se hace subir su coste y se confirma así el optimismo de partida. Puesto que el negocio funciona, las advertencias de quienes explican que la Bolsa o el mercado hipotecario no pueden subir hasta el infinito son ridiculizadas.

Lea todo el artículo de Michel Husson aquí

¿Podemos conservar algo de la teoría neoclásica?

(...) La alergia a la teoría neoclásica empieza casi siempre por una reacción contra el homo oeconomicus, personaje frío y calculador con el que cuesta identificarse. El problema es que la gran mayoría de los críticos no va mas allá de esa alergia, lo que les conviene a los neoclásicos, ya que pueden entonces decir: “estamos totalmente de acuerdo con ustedes. Es obvio que la gente no calcula todo el tiempo, que muchas veces actúa de manera irracional, con generosidad, etc.. Pero todo modelo, o toda teoría, supone ciertas simplificaciones, y nuestra tarea de economistas es de concentrarnos en la parte calculadora de la gente, que también existe y puede ser importante”. Hasta Marx supone que el capitalista, grande o pequeño, es un frío calculador, o que el trabajador lucha para ganar más.

(...) El economista neoclásico de base casi nunca razona con funciones de utilidad o de producción – cuyo papel es esencialmente ideológico (tratar de dar una base “científica” a la idea que de la elección individual sale el bienestar colectivo). Lo que hace, es “darse” una curva de demanda y una de oferta, y después trata de decir cosas sobre el punto donde esas curvas se cortan (el equilibrio), generalmente desde una perspectiva normativa (mostrar, por ejemplo, que la “competencia” es mejor que todo). Pero como estamos tan acostumbrados a utilizar ese tipo de curvas – por ejemplo, en algunos trabajos econométricos, sobre la demanda de diversos tipos de bienes – uno puede preguntarse si no hay algo que valga la pena conservar de todo eso. Podemos observar que los grandes clásicos de la economía – como Smith, Ricardo, Mill, Marx, que seguro sabían algo de demanda y oferta – no sintieron la necesidad de hacer dibujos de ese tipo. ¿Por qué nosotros tendríamos entonces esa necesidad?

(...) La teoría neoclásica se parece mucho a las especulaciones de los escolásticos – las matemáticas reemplazando al latín. En su caso, la especulación es sobre el comportamiento de individuos (o “agentes”) puramente imaginarios, ya que los parámetros que los caracterizan no se deducen de la observación ni de los datos disponibles, que toman decisiones en “mercados” todavía más imaginarios.

(...) Lo mas apropiado sería presentar esa teoría en un (gran) curso de historia del pensamiento económico. La perspectiva histórica, el contexto en el cual aparecen los conceptos, siempre ayuda para entenderlos – sobre todo en el caso neoclásico, donde las presentaciones usuales oscurecen todo con las matemáticas.

Lea todo el artículo de Bernard Guerrien aquí

viernes, 9 de enero de 2009

“KEYNESIANS”, MONETARISTS, NEW CLASSICALS: A POST KEYNESIAN CRITIQUE

Sixty years after the publication of The General Theory of Employment, Interest, and Money (hereafter referred to as GT), interpretations and critical reactions of Keynes’s theory are still being discussed in Economics. This book was written during a time when Say’s Law - that is to say, supply creates its own demand - was the foundation of orthodox economic thought.1 Keynes’s explanation for the chronic unemployment of the Great Depression revolutionized economic theory by arguing that in a monetary capitalist economy, even with flexible prices and wages, a lack of aggregate demand is a normal result of the economic process.

The primary purpose of this article is to present briefly a survey of main orthodox theoretical interpretations and criticisms of Keynes’s ideas that have become embedded in theoretical discussions on macroeconomic theory. Secondly, this paper explains why, according to the Post Keynesian view, most accepted theoretical interpretations and criticisms of Keynesian theory (a) involve logical inconsistencies when compared with Keynes’s theoretical analytical structure and (b) misrepresent the dynamic characteristics of modern entrepreneurial economies.

Lea todo el artículo de Fernando Ferrari Filho
aquí

martes, 6 de enero de 2009

Is the NAIRU theory a Monetarist, New Keynesian, Post Keynesian or a Marxist theory?

The NAIRU theory has become the mainstream theory in explaining unemployment in Europe and is often used to justify demands for a cutback of the welfare state, reducing unemployment benefits, reducing minimum wages, decentralizing collective bargaining, etc. Close inspection reveals that it nonetheless shares some arguments with Post Keynesian and even Marxist theory. The paper proposes an underdetermined, encompassing NAIRU model, which is consistent with several theoretical tradtions. Depending on the closure with respect to demand formation and determination of the NAIRU itself, the model allows for New Keynesian, Post Keynesian and Marxist results.

Lea todo este peculiar artículo escrito por Engelbert Stockhammer aquí

A Better World Is Possible With Socialism

When people in the United States are introduced to the concept of socialism - whether in the popular media or in a high school class - they are presented with a simple equation: socialism = a crippled economy that fails to meet people's basic needs + a totalitarian government. Stalinism, for example, is invoked as a model socialist government, one that brutally murdered anyone who dared oppose it, while the Soviet economy is repeatedly and incessantly visualized in terms of weary consumers standing in endless lines in order to purchase dull, defective products.

Consequently, if the question is raised concerning the relative merits of capitalism versus socialism, we discover that capitalism is the undisputed winner every time, provided that capitalism's version of socialism is the definition employed. And that is about as far as the investigation proceeds within the few venues for public discourse afforded by capitalist society today.

But with the world economic order in an increasing state of disorder as the U.S. economy falls back into a recession and Japan cannot seem to crawl out of one, a disorder where many countries throughout Asia have just experienced their worst economic crises in recent history and Argentina's economy has almost ceased to function, a disorder which promotes and intensifies world poverty and world war, it becomes increasingly urgent to raise the question that capitalism always prefers to dodge: Which system is superior, capitalism or socialism?

Lea todo el artículo de Ann Robertson aquí